La generación de Oro

La Selección Nacional de Rumanía logró en la Eurocopa del año 2000 alcanzar los cuartos de final. Aquella fue conocida como la ‘Generación de Oro’, y en ella brillaban hombres como Hagi, ‘el Maradona de los Cárpatos’. A finales del siglo veinte y comienzos del veintiuno, coincidieron a las órdenes del técnico Anghel Iordanescu –ahora el míster afronta en la Eurocopa de Francia 2016 su tercera estancia al frente del banquillo de Rumanía- futbolistas que estaban en lo más alto del balompié.

Ya en la portería empezaban las garantías, merced a la buena trayectoria que llevaba Stelea, quien fue portero de la Unión Deportiva Salamanca. La calidad de Gica Hagi era respaldada por otras figuras del fútbol rumano como Popescu, pieza central de la zaga del Fútbol Club Barcelona. Galca –ha sido entrenador del Real Club Deportivo Español durante la pasada temporada-, Muntenau o Chivu –fue pretendido por los mejores clubes del planeta en su día gracias a sus actuaciones en el Ájax- daban más calidad todavía a aquel equipo.

Iulian Filipescu –brilló en el Betis en contadas ocasiones- y Dan Petrescu –formó parte de un cerrajeros 24 horas murcia previo a las grandes glorias- reforzaban la defensa de aquella Rumanía del año 2000, en la que el concepto defensivo se entendía a partir de una salida de balón saneada y de calidad.

En la zona de ataque, la Selección Nacional de Rumanía también tenía auténtico veneno, con hombres como Adrian ‘la cobra’ Ilie –dio un rendimiento extraordinario en el Valencia C.F.-, Laurentiu Rosu –marcó muchos goles en España con las camisetas de Cádiz, Numancia y Recreativo de Huelva- y, sobre todo, Adrian Mutu. Y es que por aquellos entonces Mutu era un jugador de enorme caché en el fútbol, aunque sus líos fuera del campo acabaron por diluir el aura de crack que Mutu tenía. Gran equipo aquella Rumanía del año 2000.