Una antesala a las Generales de finales de año

Las elecciones municipales que se han celebrado durante este mes de junio en Rumanía han arrojado un dato importante como resumen, que es la victoria de los socialdemócratas en el país. Sin ir más lejos, en Bucarest, la capital de Rumanía y epicentro mediático de lo que ocurre en el resto de la nación, el triunfo ha sido para Gabriela Firea, la candidata del Partido Socialdemócrata de Rumanía, que ha obtenido casi el cincuenta por ciento de los votos; su más próximo perseguidor ha sido Nikusor Dan, perteneciente la Unión Salvan Bucarest, quien ni siquiera pudo llegar al treinta por ciento.

Para reforzar su éxito, los socialdemócratas se hicieron además con todas menos una de las alcaldías que forman el distrito de Bucarest –cinco de las seis totales-. Tal vez como una de las pocas máculas que se pueden poner a la victoria de Gabriel Firea aparece el dato de que la participación más baja de las elecciones se registró en la capital de país, donde apenas hubo un treinta y tres por ciento de participación.

La Oficina Central Electoral dio a conocer a los ciudadanos rumanos la información de que la participación no había llegado ni al cincuenta por ciento –se quedó en un 48,43%-, entre el total de más de dieciocho millones que estaban llamados a las urnas.

Los resultados de estos comicios contrastan con los de las Elecciones Generales que se celebraron el pasado año en Rumanía, donde el candidato cristiano liberal, Klaus Iohannis, logró conquistar el poder en la nación. El hasta entonces Primer Ministro, Victor Ponta, vio cómo la socialdemocracia era desplazada del Gobierno, después de haber forzado una segunda vuelta y de luchar hasta el final por volver a ganar. Ahora la socialdemocracia, con los resultados positivos cosechados en las Municipales, vuelve a ganar peso político en Rumanía y a perfilarse como un rival más que serio para arrebatar el cargo de Primer Ministro a los cristianos liberales dentro de tres años.