La Plaza del Ayuntamiento “se abre” al año Greco

Desde aquí hemos intentado saber el momento exacto en el que se empezó a hablar en esta ciudad del Año Greco. Imposible. Han sido (y son) tantos los que se encumbran como inventores y padres de la criatura que nos resulta complicado establecer el «punto 0» de este evento que dicen cultural.

Lo que está claro es que hace tiempo, muchos meses, incluso años. En cualquier caso, tiempo suficiente como para hacer las oportunas previsiones que nos hubieran permitido empezar este 2014 con el asunto medianamente encarrillado.

Pero no ha sido así. Siguiendo la tradición toledana de «ni un día sin zanjas» en el Casco Histórico, desde hace unos días estamos viendo como las excavadoras abren en canal la Plaza del Ayuntamiento, como si un cirujano abriese a un paciente o unos cerrajeros baratos de Ferrol abrieran una cerradura, a la altura de la fachada principal del consistorio, dando a esta concurrida plaza decibelios, molestias y aspecto de todo menos de ciudad celebrando un año mega cultural.

Los trabajos comenzaron el pasado mes de diciembre y ¡oh sorpresa!, tuvieron que detenerse al poco de empezar por la aparición de restos arqueológicos, algo previsible y por tanto, planificable. Hay suficiente bibliografía publicada como para que cualquiera fuera consciente que se está excavando en una zona en la que hasta 1554, año en que a instancias del Cardenal Silíceo se configura una plaza muy similar a la actual, se levantaban en esta zona más de una decena de casas comerciales y la escribanía y el granero del Cabildo Catedralicio.

Lo lógico, es que ante tal cantidad de datos, la obra se hubiera planificado con la suficiente antelación para que el manido Año Greco hubiera empezado sin obras en una Plaza por la que necesariamente se pasa para visitar «El Expolio» de la Catedral y que está en el itinerario de visita al «Entierro del Señor de Orgaz» de Santo Tomé».

Lo que iba a ser una «sencilla instalación», se ha convertido en un área de obra de muchos metros cuadrados de excavación que, amén de las molestias, oculta por completo la única Oficina de Turismo de gestión municipal que tiene la ciudad.

Pero claro, la fuente que se instalará es obra de Cristina Iglesias, así que cualquier esfuerzo es poco para lucirla en Toledo.