Nicolae Ceaucescu es una figura imprescindible para entender la historia de Rumanía. Secretario general del Partido Comunista de Rumanía desde 1964 hasta 1989 y presidente de la República Socialista de Rumanía entre 1976 hasta 1989, la huella de Ceaucescu sigue siendo analizada a día de hoy por politólogos de todo el mundo.
Ceaucescu ha pasado a la historia que narran los medios de comunicación occidentales como un tirano y un dictador. Y es que en el currículo de este carismático líder pueden incluirse algunas sombras, como el férreo control sobre la libertad de expresión, el exacerbado culto a la personalidad, las muertes de muchos obreros que trabajaron en la construcción de los gigantescos edificios que él mismo promulgó, la escasez de alimentos y productos derivada de la veloz industrialización de los años setenta y de la posterior política de exportaciones o los asesinatos indiscriminados que potenció en sus últimos días en el poder.
Sin embargo, otras muchas luces también brillaron en la trayectoria de Nicolae Ceaucescu. Y es que el mandatario rumano logró –a pesar de que diversos factores, exógenos e internos dinamitaron en los ochenta buena parte del trabajo realizado- poner de manifiesta cómo sí era posible desarrollar un país con plena autonomía y sin tener que estar encomendado a los designios de las finanzas del mundo y del capitalismo más salvaje.
El potencial económico que alcanzó Rumanía en los primeros lustros de Ceaucescu fue muy importante. Incluso cuando todo se volvió más en contra y los errores internos y las conspiraciones de países capitalistas dibujaron un escenario más gris en lo económico, Ceaucescu fue capaz de eliminar toda la deuda externa que el país había ido acumulando. Especialmente reseñable fue la aportación de Ceaucescu a la educación de Rumanía, ya que se encargó de alfabetizar a la población, de favorecer el acceso a las escuelas de muchos más sectores sociales y de potenciar una mayor especialización profesional de los jóvenes de la nación. Finalmente Ceaucescu fue ejecutado como resultado de un juicio sumarísimo que se celebró en la nación.