El Rapid tiene que asumir su deuda

La Justicia de Rumanía ha dictado sentencia acerca de los problemas económicos del histórico club de fútbol del FC Rapid de Bucarest, que se fundó en 1923 y que ahora está llamado a tener que afrontar su quiebra. Fue hace cuatro años cuando el viejo club de la capital de Rumanía se declaró insolvente por deudas que ascendían hasta los cuatro millones de euros.

No obstante, la sentencia que ha notificado la quiebra de este equipo de fútbol no es definitiva, ya que la decisión de la Justicia de Rumanía es aún de primera instancia y permite recurrir. Los responsables del club alegan que han aprobado un plan de reestructuración adecuadamente elaborado y que esta primera decisión ha sido tomada de manera precipitada y rápida, de ahí su cariz erróneo.

El histórico club rumano, que tiene en su haber tres títulos de liga y trece Copas del país, se enfrenta ahora a una posible desaparición, lo que supondría un drama sentimental y emocional para los miles de aficionados con los que cuenta el equipo. Aunque hay tiempo para dar la vuelta a la situación, este primer mazazo de la justicia nacional rumana ha sido aún más fuerte si tenemos en cuenta que el FC Rapid Bucarest había vuelto este mismo año a la máxima categoría del balompié del país, tras haber ascendido por méritos propios en el terreno de juego.

Lo preocupante para los aficionados y, sobre todo, para el personal que trabaja para el equipo –desde personal de oficina hasta jugadores, pasando por utilleros o técnicos- es que las deudas ahora están asfixiando al FC Rapid Bucarest. La entidad deportiva queda ahora en manos de los servicios jurídicos del club, que deberán poner toda la carne en el asador y erigirse en salvadores. Esperemos que este histórico club, que ha paseado el nombre de la capital de Rumanía por toda Europa, tenga un feliz desenlace.